La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) organiza cada fin de semana una escuela político juvenil itinerante en el país, con apoyo financiero de Solidaridad Suecia-América Latina (SAL). Este fin de semana la escuela se asentó en la costa y reunió a indígenas Puna, Manta y Huancavilca.
-¿Quién habría pensado que Obama llegaría a ser presidente? ¿O Rafael Correa? Ellos son de carne y hueso, igual que ustedes. Ustedes también se pueden convertir en presidentes, dice José Renzo, usando una boina negra y gafas de sol polarizadas, mientras mira fijamente a los jóvenes indígenas de la costa ecuatoriana.
Alrededor de 25 personas, la mayoría jóvenes, se han reunido este fin de semana en un edificio municipal de concreto cuyo techo de metal sirve como protección contra el fuerte sol de la costa del Pacífico. Después de los discursos de apertura y de bienvenida se llevan a cabo dinámicas de grupo y juegos para que los participantes se conozcan. Esto ayuda a romper el hielo y causa diversión y grandes
sonrisas.
Tanto los momentos divertidos como la posibilidad de hacer nuevos amigos fueron los motivos originales por los que Rumi Yumbay, hoy líder nacional de las juventudes indígenas de Ecuador, se interesó en la escuela política.
-Al principio yo vine solamente para encontrarme con amigos y divertirme. Pero luego me interesó más la política, dice Rumi Yumbay.
Después de los juegos se hace un análisis de la situación mundial. El capitalismo es denunciado y cuestionado como modelo económico. Se pide a los participantes que reflexionen críticamente sobre su propia educación y la visión del mundo implícita en la política educativa.
La escuela política se creó cuando la CONAIE se dio cuenta de que muchos líderes indígenas carecían de ideología política. Esto provocaba que fueran fácilmente cooptados por el presidente Rafael Correa.
Es decir, bastaba con ofrecerles un puesto en el gobierno o en una agencia gubernamental para que se convirtieran en instrumentos del gobierno. Como consecuencia los líderes indígenas perdieron la lealtad hacia sus bases, explica Rumi Yumbay.
Otra participante de la escuela es Diana Mantua, líder de la localidad Las Tunas, en la provincia de Manabí. Ésta es la primera vez que ella participa. Diana considera que la escuela política es importante para la formación de líderes y para la defensa de las comunidades indígenas.
-He obtenido nuevas ideas y he aprendido a defender nuestros territorios, dice Diana Mantua. Para la cena todos ayudan a preparar un platillo con almejas. La velada está llena de discusiones políticas informales, así como gente tocando la guitarra y cantando. Al día siguiente se evalúa el fin de semana y se pone fecha para la próxima reunión.
Texto e imagen: Lari Honkanen
Traducción: Mónica Hernández Rejón